*Una casa para el señor Biswas es una novela a donde quienes conocen la correspondencia del joven Naipaul con su padre, el libro de Theroux y demás datos biográficos del autor, pueden ver acaso una novela cuyo protagonista es un retrato muy parecido al del padre del autor.
Rodolfo Mendoza
Dice el gran novelista y viajero Paul Theroux que la mayor obra de ficción del premio Nobel Vidiadhar Surajprasad Naipaul es Una casa para el señor Biswas. A pesar de que Theroux tuvo un terrible rompimiento amistoso con Naipaul, no fue óbice para que el estadounidense dejara de apreciar la alta calidad literaria de esta novela.
Nacido en Chaguanas, cerca de Puerto España en Trinidad, Naipaul desciende de una familia de emigrantes indios. La pobreza de Trinidad y su excepcional talento lo llevaron, a la edad de 18 años, a obtener una beca para seguir estudiando en la Universidad de Oxford. Ya en la década de los años 50, Naipaul se desempeñó como periodista para la célebre cadena radiofónica y televisiva BBC. Hijo de un periodista, el joven Naipaul no pudo cortar de tajo el cordón umbilical que lo unía a su tierra y a su familia. Se han traducido al español las cartas de aquella época de estudiante. Cartas que le envía constantemente a su padre, y en las que habla de su encuentro con el nuevo mundo, de algunas precariedades y de lo deslumbrante de la cultura inglesa.
El ya escritor V. S. Naipaul, publicó en 1961 Una casa para el señor Biswas, obra que le valió el reconocimiento de la crítica y los lectores, a partir de esa fecha se dedicó de tiempo completo a escribir. A través de La sombra de Naipaul, libro sui generis en el ámbito literario (en él se narra la biografía de una amistad duradera, apasionada, culta y, al final, desastrosa), Theroux cuenta todas las vivencias del premio Nobel en aquellos sus primeros años como escritor. Vivencias que le fueron confiadas por el propio Naipaul.
Una casa para el señor Biswas es una novela a donde quienes conocen la correspondencia del joven Naipaul con su padre, el libro de Theroux y demás datos biográficos del autor, pueden ver acaso una novela cuyo protagonista es un retrato muy parecido al de su padre: un hombre de Trinidad, descendiente de una cultura india, pobre, ensimismado y con problemas familiares. “La creación de este personaje —nos dice el crítico José María Guelbenzu— es un verdadero tour de force. Resulta impresionante y cautivadora la serenidad y elegancia de su prosa y la amplitud y convicción de su pensamiento”. Guelbenzu tiene razón, no sólo el lector tomará el camino de la historia y de la prosa, sino que se enfrentará a una mente privilegiada, a un pensamiento agudo. En la novela, a través de los personajes o del narrador, asistimos a un libro de crítica social, de crítica contra la pobreza de los países subdesarrollados, a un análisis sobre la vida en países pobres y ricos, a un recorrido, pues, por la historia del hombre del siglo XX.
Es curioso como en nuestro país la mayoría de los ganadores del premio Nobel, con excepción de Orham Pamuk, no han tenido grandes ventas ni un gran número de lectores, pongo por caso —y sólo para mencionar algunos de las dos últimas décadas— al mismo Naipaul, a Elfriede Jelinek, Imre Kertesz, Gao Xingjian, Darío Fo, Seamus Heaney, Jon Fosse, Abdulrazak Gurnah, Patrick Modiano o Tomas Tranströmer. Sin embargo, a pesar de no alcanzar grandes ventas, podemos presumir en español de tener traducidas casi la totalidad de la obra de Naipaul: El curandero místico, El regreso de Eva Perón y otras crónicas, Los simuladores, La pérdida de El Dorado, Un camino en el mundo e India, entre muchas más.